El 26 de junio de 2024 a las 8:30 pm Paloma Contreras Lomas presentó la lectura performática Fiesta de ánimas (Salmos nocturnos) en el patio central del Palacio de la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México, ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad. Actualmente el sitio es el museo de la historia de las ciencias médicas en el país. Lo cual implica al control biopolítico sobre los cuerpos, la violencia clínica y la muerte. Construido en el siglo XVIII, el edificio de estilo barroco fue además la sede de la Santa Inquisición en el virreinato de la Nueva España.
La noche del performance, el patio de las columnas estaba rodeado de un circuito de luces rojas que acentúaban el dramatismo del sitio mientras proyectaban en las paredes las sombras de la multitud aglomerada. Contreras Lomas entró en la escena ataviada con un traje retrofuturista gótico de color negro, diseñado por Bárbara Sánchez Kane, unos tenis Nike Air Uptempo de 1995, un documento en las manos, un microfono de diadema y una lámpara en la frente, como una linterna de cirujano o de minero. Esa luz la orientaba en la oscuridad como quien se adentra en las profundidades de la tierra o de un cuerpo. La densidad del momento crecía con la composición sonora que acompañó toda la obra, a cargo de Alejandro Núñez (Zutzut).
El performance retomó el formato de las TED Talk, combinado con el oficio del cuentacuentos urbano y del sketch televisivo. La artista leyó en voz alta, mientras caminaba por el espacio, un relato confesional escrito a propósito de la invitación que le planteó el Museo Jumex en el marco del programa público de la exposición de Damien Hirst, curado por Marielsa Castro. Paloma no podía eludir el tema propuesto en la invitación sobre Hirst, y no lo hizo. La muerte es un asunto fundamental en su propio trabajo que, en varios sentidos, no ha dejado de ser en los últimos años una larga conversación con espectros.
Contreras Lomas lleva años acostumbrando a su público a obras basadas en escritura, cuentos e historias noveladas. El notorio contenido literario de su trabajo es parte importante de una tendencia del arte contemporáneo mexicano actual: una sed de relatos que se nutre de la historia política de México, la literatura de ciencia ficción, la escritura especulativa y las historias personales y familiares como formas de autonarración. Sus versiones de la Historia han creado un submundo fantasmal de pasiones inconfesables que pueblan entornos familiares e insólitos. El código que emplea es importante: el imaginario cotidiano del consumo mediático de esos relatos. Es decir, una historia reescrita en clave pop que nos recuerda el análisis de Carlos Monsiváis sobre la identidad nacional mexicana, donde si bien el estado ha construido sus relatos dominantes, son los medios masivos -la televisión y el cine principalmente- los que los han vuelto una experiencia concreta.
No obstante, Paloma tuerce esos repositorios. Recupera una dosis suficiente de clichés para permitir nuestra identificación pero los rarifica con humor negro y morbosidad hasta volverlos inconcebibles. Esa crítica paródica la realiza asumiendo su subjetividad descreída tanto de las utopías posrevolucionarias como del horizonte quebrado del neoliberalismo y su globalización de la cultura.
En esta ocasión, Contreras Lomas leyó una historia confesional en tres partes sobre la violencia y la precariedad de la vida y la muerte en México. Caminó por el patio durante su lectura e invitó al público a hacer lo mismo mientras escuchaba. El primer capítulo, titulado “Los vuelos de la muerte y el Grupo Jaguar”, narra historias de muerte en los estados mexicanos de Michoacán y Guerrero, desde la beatificación de un niño mártir hasta el mausoleo de un torturador y asesino de La Guerra Sucia. En la segunda parte, titulada “Comandante Niebla y lo que esconde el Monte”, la artista nombró a un personaje ficticio, La Niebla, como testigo omnisciente de muertes en condiciones inciertas, incluidas las del líder guerrillero Lucio Cabañas en los años 70 y las desapariciones forzadas de 43 estudiantes en Ayotzinapa en 2014. La tercera y última parte, “EspántamPanteón y de fantasmas paternales”, fue dedicada a la muerte de un familiar de la artista en el violento contexto de México en los años 80.
La introducción, en cambio, contenía una crítica aguda al campo del arte contemporáneo mediada por una filosa autocrítica como mujer artista, clasemediera y chilanga en el contexto actual del arte en México y su circulación presuntamente global. Aquí exhibió las contradicciones de su propio quehacer y expresó una especie de voz colectiva sobre las principales paradojas de la escena local desde un punto de vista sardónico que nadie se atreve a plantear públicamente. El relato puso sobre la mesa asuntos de las relaciones de poder y la formación de élites culturales en la ciudad, algunos relatos dominantes del arte mexicano, el juego de prestigios sociales que lo organizan, la doble moral de cierto “arte político” convencional, el creciente individualismo de la producción aliada del mercado y la autocomplacencia que ha evitado las confrontaciones críticas.
Este aspecto hace resonar el formato mismo del performance, si recordamos el eslogan de TED: “ideas que vale la pena difundir”. Contreras Lomas aprovechó la oportunidad de estar frente a un foro considerable de personas, no para contar cualquier historia de fantasmas, sino para subrayar nuestra complicidad en la sintomatología actual de una historia -también de miedo- que compartimos como comunidad afectiva y laboral, donde frecuentemente aparecen espectros que no queremos nombrar, deseos de alzar la voz que se dejan pasar y formas de vitalidad que son reprimidas, en aras de aspiraciones insostenibles. Damien Hirst fue lo de menos, la muerte irremediablemente siempre estará entre nosotros, pero el sentido del arte en el mundo contemporáneo sí es una pregunta que regresa para ser repensada, incluso en la noche que se escuchan las ánimas.
English Translation
Paloma Contreras Lomas presented a performative reading titled Fiesta de ánimas (Salmos Nocturnos) [Day of the Souls (Nocturnal Psalms)] in the central patio of the National Autonomous University of Mexico’s School of Medicine. Located in the city’s Historic Center, the eighteenth-century building also houses the Medical Sciences´ History Museum, and served as the Inquisitions´ headquarters during the Viceroyalty of New Spain.
On the night of the performance, red lights dramatically cast the crowd’s shadows on the surrounding walls of the patio. Wearing 1995 Nike Air Uptempo sneakers and a black gothic suit by artist and fashion designer Bárbara Sánchez Kane, Contreras Lomas entered the arena. The lamp on the artist’s forehead illuminated her script, but also resembled that of a miner or doctor – a reference to her desire to navigate the site’s thorny histories of biopolitical control.
As her self-presentation suggested, Contreras Lomas is no stranger to darkness and death – fundamental issues in her work which she has taken up in recent years through conversations with ghosts. For example, in her recent multimedia installation Sombras nada más (Espíritu TV) (2024), the artist invoked political and familial specters who lived during the violent period of the Mexican Dirty War. It was therefore fitting that Contreras Lomas’ performance, curated by Marielsa Castro, was part of the public programs for the Museo Jumex’s ongoing Damien Hirst exhibition, wryly titled To Live Forever (For a While). No surprise that Hirst has made a celebrated career by testing the boundaries of life in his artworks, most notably in his unnerving installations of animals suspended in tanks of formaldehyde.
For her performance, Contreras Lomas read in Spanish a three-part confessional story about violence and the precarity of life and death in Mexico. She walked through the patio during her reading and invited the public to do the same while listening. The first chapter of her performance, titled “The Death Flights and the Jaguar Group,” tells stories of death in the Mexican states of Michoacán and Guerrero, from the beatification of a child martyr to the mausoleum of a torturer and killer from The Dirty War. In the second part of her performance, titled “Commander Niebla and What the Mountain Hides,” Contreras Lomas named a fictional character, La Niebla (The Fog), as an omniscient witness of suspicious and cryptic deaths, including those of the Mexican guerrilla leader Lucio Cabañas in the 1970s, and the enforced disappearances of 43 students in Ayotzinapa in 2014. The third and final part, “Espántam Pantheon and paternal ghosts,” was dedicated to the death of the artist’s relative in the violent context of 1980s Mexico.
Contreras Lomas’ literary approach denoted a salient feature of contemporary Mexican art: self-narrations of Mexico’s political history through science fiction, speculative writing, and personal and familial histories. Skeptical of post-revolutionary utopias, her versions of history created a ghostlike underworld of unspeakable passions through the reimagination of everyday events and their mediatic consumption. In other words, this was hegemonic History rewritten in popular vernacular.
While Contreras Lomas parodically critiqued Mexican historical records of violence and death, her performance also suggested the figurative ‘death’ of the contemporary art field. In the introduction to her performance, Contreras Lomas performed emphatic cartoonish gestures and various vocal textures to critique and mock the present state of Mexico City’s art scene – the double standards of its so-called ‘political’ art, the emphasis on social prestige and cultural elitism, and the growing reliance on the market that has stifled critical confrontations. As if resigned to this desensitized environment, the artist passed the sentence that “We are all, at least as artists, temporarily dead.”
For Contreras Lomas, ghost stories similarly evoke a metaphoric sense of dread and death. They exhume dissenting figures and narratives who have been repressed and buried (literally and figuratively) in order to cement a history of unsustainable aspirations. Referring to Hirst, Contreras Lomas’ confession that “there is no artist who matters to me less than that guy,” roundly communicated this belief. In contrast, Contreras Lomas’ invocation of forgotten specters suggested that death will be with us irremediably, and no amount of wealth or power can enable us to avoid it.